Elaborado por:
Omar Adrián Serna Monsiváis
Odette Abisaí Coronado de Koster
Abigail Yazmín Cruz Tenorio
Guadalupe Alberto Pedraza Grimaldo
Guadalupe Alberto Pedraza Grimaldo
La palabra “obsolescencia” es
definida por la real academia española como una tendencia a “volverse obsoleto”
o “caer en desuso”. El término Obsolescencia Programada hace referencia al deseo del consumidor de poseer algo un
poco más nuevo, un poco mejor y un poco antes de necesitarlo. Pero, ¿qué
significa obsolescencia programada para nosotros los simples mortales? Si
alguna vez has pensado en por qué tu impresora deja de funcionar algunos meses
después de comprarla o porque el IPod más reciente solo cambia el tamaño de su
pantalla quizás sepas más de ésta estrategia mercadotécnica de lo que crees.
Uno de los casos más más antiguos
de éste tipo de actividades en la industria del consumo es el famoso caso del
foco de incandescencia. En el Estado de California en EUA se encuentra
actualmente una de las bombillas funcionales más antiguas del mundo que fue
instala en 1901 y creada alrededor de 1985. Sin embargo, una lámpara que sea
técnicamente para toda una vida no es un negocio rentable para quienes las
producen, por ello se cree que hubo un acuerdo mercadológico de limitar el
funcionamiento de los filamentos de las lámparas a mucho menos de su capacidad
y así crear más demanda del producto y ganancias para las empresas que los
producen.
Como estrategia de ventas sin
duda es muy redituable pero, a la vez, significa un abuso para el consumidor y
para la naturaleza, pues, entre más productos se desechen éstos tienen que ir a
parar a alguna parte donde por lo regular no llega la ley y solo produce
contaminación pues éstos desechos rara vez son tratados de formas que no sean
nocivas para la naturaleza.
Hoy en día las estrategias para
la obsolescencia programada son mucho más sutiles pero no menos perjudiciales
para el equilibrio ecológico de nuestro mundo. Un ejemplo es el sistema
manejado por Apple, una empresa comprometida con el planeta en el discurso pero
que aplica técnicas de disposición de desechos muy cuestionables. Para el caso
de Apple y la tendencia de los artículos electrónicos se acuña el término
“Obsolescencia creativa” esto es: crear productos con un mínimo de cambio en
sus versiones más recientes que obliguen al usuario a cambiar sus dispositivos
y remplazar los anteriores. Aunque también funciona en un nivel técnico pues a
veces remplazar una batería de IPhone o conseguir una pieza de impresora es
casi imposible y es mejor comprar un nuevo producto.
Ésta conducta creada en el hombre
como consumidor nos convierte en seres irresponsables indirectamente que compran
de forma desmedida sin pensar en que cada producto producido son recursos del
planeta utilizados (y en ocasiones desperdiciados) para obtener mínimos
beneficios y sí muchos desperdicios arrojados al ambiente.
En conclusión, la recomendación
es la de siempre, hacer caso de nuestras necesidades y no de nuestros simples
deseos consumistas pues esto nos puede llevar a un irremediable daño a nuestro
planeta. Si te importa la integridad de nuestro mundo como lo conocemos y lo que
hemos de dejar a las generaciones venideras debemos aprender a distinguir las
necesidades reales de las que la mercadotecnia muy sutilmente genera. No seamos presos de la sociedad de consumo.
Fuentes:
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